Cuando miras de cerca una Obra de Arte, te
das cuenta que esta compuesta de miles de pinceladas aparentemente
desorganizadas, en ocasiones sin sentido,
corriendo hacia todas las direcciones y llevando,
cada una, un matiz diferente de un color determinado. Mirándolo de cerca,
encontrarás que muchas de esas pinceladas no son perfectas y pueden parecer que
están fuera de lugar. Hasta creerás que han sido errores del artista que las
combinó. Sin embargo, al alejarte y mirarla en un conjunto, tu mente organiza
la información que le llega a través de tus ojos, para ver una figura, paisaje
o tema perfecto. Lo mismo sucede cuando escuchamos una buena pieza musical. Muy
rara vez somos capaces de distinguir las distintas notas disonantes que
conforman los acordes para enaltecerlos, remarcarlos o hacerlos sonar tristes o
fuera de tono, sin dejar de ser armónicos. Haciendo esto que la melodía sea dulce y armoniosa a los oídos, como un
conjunto en total. Demás esta decir que escuchar esas notas disonantes por si
solas no será muy agradable a tus oídos, pero entrelazadas a las otras,
conforman una bella melodía. De igual manera sucede con el mundo en que
vivimos. Todo marcha en la vida en perfecta armonía, sin existir dos ríos o dos
mares que sean iguales; algunas hojas muertas en un árbol no hacen que pierda
su belleza, ni siquiera dos granos de arena en una playa pueden considerarse
iguales. Hasta los huracanes tienen su función enfriando la tierra. A pesar de
que no disfrutamos mucho los estragos que dejan a su paso, también son
necesarios y parte de la perfección, armonía y sincronización de un sistema más
grande que, por millones de años, nos ha sostenido aquí.
Cuando miramos hacia otra persona podemos
elegir mirarlo de cerca (bajo una lupa) y ver todas las pinceladas desorientadas,
feas e imperfectas. Si prestamos mucha atención, también podemos ser capaces de
escuchar las malas notas, las malas vibraciones, las disonancias que emite la
otra persona. En fin, podemos notar todas las llamadas imperfecciones. No
obstante, si nos alejamos un poquito, solamente, y miramos a esa persona como
un conjunto, veremos que, al igual que todos los demás, incluyéndonos tu y yo,
tiene dos ojos, una cara, dos manos, dos piernas, piel, exactamente todo igual,
sin importar raza, sexo, color, país o ciudad de origen, educación, religión, o
estado social.
La perfección esta es nuestra percepción. Justamente,
en la manera que percibimos las cosas y a los seres que nos rodean, es lo que hace
que sean perfectos o imperfectos. La manera en que asociamos lo que
presenciamos, de acuerdo a nuestras propias experiencias de la vida, forma
nuestras memorias, la acumulación de memorias forman nuestras creencias, y de
acuerdo a nuestras creencias vivimos la vida; bien o mal. Nunca olvides que la imperfección
no es nada más que un conflicto que no hemos llegado a resolver en nosotros
mismos, y, un conflicto se produce por algo que no entendemos. Lo que quiere
decir es que está en desacuerdo con nuestras creencias o es algo que todavía no
hemos aprendido en ninguna manera.
De hecho, he escuchado que lo único perfecto
es Dios y me quedo siempre con la pregunta… ¿y de que está compuesto todo y
todos, si no es de la misma materia perfecta y sin forma?
Much love,